Sobre los aumentos a las gasolinas.

Por: Daniel Butruille / butruilled@hotmail.com

Mientras se distrae al respetable con resultados de encuestas electorales cuestionables y cuestionadas, se está aplicando en todo el país un plan implacable para incrementar el precio de la gasolina. Último regalo póstumo de José Antonio Meade y recordatorio de progenitora del propio presidente y de su secretario Coldwell, encargado de sacar hasta el centavo inexistente de la ya olvidada riqueza petrolera del país.

¿A dónde están las promesas entusiastas (y engañosas además de mentirosas) de los beneficios para la población de reformas que iban a colocar a México a la altura de los más grandes? La realidad palpable es que en seis semanas de 2018, el precio de las gasolinas ha subido hasta un 8.5 por ciento en entidades cómo Aguascalientes y Zacatecas. Anualizando esto, significa un aumento de cerca de 70%.

Beneficio de una reforma energética que será de mucho provecho para varias multinacionales petroleras que vendrán a vender aquí la propia gasolina de Pemex a un precio superior  al precio internacional. Se está repitiendo con la gasolina lo que ocurrió con los Bancos. Cobran en México comisiones y costos que en sus países de origen no les permiten cobrar. Pregúntenle a BBVA–Bancomer.

Pronto, como lo dejó entender el Secretario Coldwell, habrá 30 marcas de gasolina. Todas coludidas para explotar al consumidor mexicano, con la bendición de un gobierno entregado al mercado internacional, sin contrapartidas válidas para el interés nacional.

El grito de protesta no es de apoyo a ninguna opción electoral. Este grito es de reclamo contra el engaño miserable que la partidocracia  (y el presidente Peña Nieto) nos hicieron al unirse en un Pacto por México que resulta ser un Pacto para destruir a México. Son los mismos que siguen llamando por nuestro voto.

¿Tendrán propuestas diferentes? ¿O tendremos que reinventar la organización de la Sociedad Civil para desenmascararlos y encontrar una nueva fórmula que nos permita reinventar a México? No está muy seguro que el ganador de la próxima contienda electoral podrá gobernar. La Sociedad Civil no ha dicho su última palabra.